Para acoplar el KERS en la parte delantera del coche, los ingenieros de Enstone han tenido que ahorrar peso de donde han podido (el peso máximo de un F1 es de 600 kilos con piloto incluido), haciendo una caja de cambios de titanio y empleando aluminio y fibra de carbono al máximo; para ayudarles en la tarea, Alonso ha perdido peso, se ha quedado con 67 kilos.Han tenido que rediseñar el volante, añadiéndole cuatro botones -tres para el KERS, para ajustar la carga, para regular la descarga y para ponerlo en marcha, y un cuarto para los 'flaps' delanteros, las aletas móviles sobre los alerones-; y para que Magneti Marelli los fabricara, Flavio Briatore y otros cuantos patrones de escudería han tenido que gastarse del orden de 200 millones de euros, una pasta en tiempos de crisis. La introducción del KERS, según la federación sirve para aumentar los adelantamientos y ganar espectacularidad.
Briatore opina sobre la poca utilidad del sistema: "El KERS no vale para las salidas, pues aún no se ha cargado y tampoco valdrá para adelantar en las rectas: cuando a uno traten de adelantarlo apretando el botoncito él también lo apretará. Un gasto tonto".
Alonso tan escéptico como Briatore: "El KERS es una cosa que no tiene mucho sentido con la crisis. Es un sistema que no se ha probado y que no es factible en los coches de calle. Es un error que dudo que haga la diferencia: todos lo usaremos en el mismo momento y nadie lo notará. Una bobada esta inversión".
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